La ONU adopta el Tratado de Alta Mar – Entrevista con Joseph Julca Mendoza – por Erick Cifuentes

Joseph Julca Mendoza es biólogo marino con certificación en Comunicación Audiovisual de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y posee un magister en Historia de la Ciencia y Comunicación Científica de la Universidad de Valencia. Ha sido voluntario en múltiples programas, fundaciones y ONG’s dedicadas a la investigación, educación, comunicación y abogacía del océano. Es copresidente del equipo de Sustainable Ocean Alliance (SOA) para la restauración del océano y regulación ambiental en Chile e integrante del equipo en España, además de haber formado parte del Consejo Asesor de Políticas Juveniles (YPAC), participando como delegado en eventos nacionales e internacionales, incluyendo la COY17 y COP27.

por Erick Cifuentes Pino

Erick Cifuentes Pino – Geólogo

Esta entrevista tiene como punto central la noticia del nuevo Tratado de Alta Mar en la conferencia de la Organización de las Naciones Unidas. A solo días de su adopción por parte de esta entidad, nos gustaría que nos contaras qué implica este tratado.

El Tratado de Alta Mar (de ahora en adelante, el “Tratado”) es un acuerdo internacional que busca proteger las zonas del océano que están fuera de la jurisdicción de cualquier país, y garantizar un uso sostenible de la biodiversidad marina en estas áreas. Este Tratado se basa en el marco global de la biodiversidad acordado en Montreal en diciembre de 2022, donde los países se comprometieron a proteger el 30% de las zonas oceánicas terrestres y costeras para el año 2030, también conocido como 30×30. La importancia del Tratado radica ahí: Estamos transitando a que se establezcan normas para poder gestionar y gobernar las áreas oceánicas que se encuentran fuera de los territorios marítimos de los países y su jurisdicción.

Joseph Julca Mendoza – Biólogo marino

Es importante mencionar que el Tratado busca incluir disposiciones a nivel internacional que involucren compartir el conocimiento, tecnología, y beneficios de los recursos genéticos marinos. Estos últimos son elementos que puedan utilizarse en, por ejemplo, productos alimenticios, cosméticos, medicamentos, etc. La idea que se plantea en el Tratado es poner el foco en la conservación como tal, proteger el gran porcentaje de aguas sin jurisdicción, para llegar a un punto que permita mantener y resguardar la biodiversidad marina presente. Este acuerdo podría tener implicaciones en la regulación y limitación de actividades como las rutas de tránsito de embarcaciones, la pesca, y otras potenciales actividades en alta mar, como la exploración y minería submarina. Sin embargo, para que este Tratado entre en vigor, debe ser ratificado por los diferentes gobiernos. Aún queda trabajo por hacer.

¿Cuáles son las necesidades ambientales que satisface el Tratado? ¿Qué aspectos quedan pendientes?

Nosotros los seres humanos, recurrimos al océano para explotar los recursos que allí existen, en todos los niveles. La gran necesidad ambiental que este Tratado enfrenta es la búsqueda por proteger y garantizar un uso sostenible de la biodiversidad marina. No se está diciendo que no se explote, que no te hagas con estos recursos, si no que esto se haga de una manera responsable y sostenible para que estos recursos sean capaces de recuperarse con el tiempo y que exista una continuidad de estos, porque de lo contrario estos se agotarán, y, de hecho, ya lo están haciendo. Todo esto centrado en zonas del océano que actualmente no están bajo la jurisdicción de ningún país.

¿El Tratado menciona herramientas o directrices sobre cómo se llevará a cabo?

De hecho, una de las ideas   que contiene este Tratado, señala que, por ejemplo, ante proyectos de exploración o explotación en estas aguas sin jurisdicción, se realicen evaluaciones ambientales previas.

Un tema que genera y seguirá generando discusión en este sentido es la minería submarina, debido a sus potencialidades e intereses involucrados, especialmente de países del norte global. Frente a esto último, y no ligado al Tratado, algunos países han adoptado la idea de elevar una moratoria submarina, debido a las incertezas que aún se manejan con la actividad minera de los fondos oceánicos. En ese sentido, el Tratado juega un rol relevante en señalar deberes de quienes buscan explotar recursos del suelo y subsuelo marino.

Fig. 1. Distribución a escala global de los principales depósitos minerales marinos (Miller y otros, 2018) . Solwara 1 corresponde a un proyecto de exploración hoy descontinuado. Clarion Clipperton Zone corresponde a una zona de alto interés de exploración y explotación. DISCOL corresponde a un proyecto de investigación de perturbación y recolonización de especies en nódulos polimetálicos.

Sin embargo ¿no es acaso la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (International Seabed Authority; ISA) quien finalmente entrega los permisos de exploración de fondos oceánicos?

Sí, y es relevante mencionar esto porque quizá la ISA no se encuentre bajo el espectro de acción del Tratado. Para poner en contexto: La ISA es una entidad afiliada a las Naciones Unidas, que aparece en 1994 bajo la Convención de la Ley del Mar de las Naciones Unidas. En este momento es un organismo internacional que, a través de todos los países que están insertos en él, busca regular las actividades mineras en las zonas que se encuentran fuera de las zonas económicas exclusivas de cada país. Ahí es donde la ISA debe interceder para asegurar la protección del medio marino. Por este motivo, la ISA es importante frente a las iniciativas de algunos países en prospectar recursos del fondo oceánico, principalmente en el Pacífico (Fig. 1), donde existen altas concentraciones de recursos expresados en, por ejemplo, nódulos polimetálicos (Fig. 2). Si bien la ISA solo ha otorgado permisos de exploración, algunos países se encuentran a la espera de poder obtener permisos de explotación. Frente a esto, otros países han generado iniciativas para generar moratorias al respecto, como Chile o Nueva Zelanda. Básicamente, la moratoria es un período de suspensión en la generación de permisos de explotación, permitiendo que se realice investigación en las zonas de interés, se evalúe el impacto real de explotar los fondos marinos y los ecosistemas asociados, así como también qué se hará con los recursos minerales obtenidos, considerados patrimonio común de la humanidad desde 1970 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y entonces, tomar una decisión al respecto.

Fig. 2. A) Nódulos de manganeso en la Clarion Clipperton Zone. Fotografía tomada por vehículo operado en forma remota (ROV) KIEL 600 durante crucero SO239 a bordo de RV Sonne. B) ROV KIEL 6000 sosteniendo nódulo de manganeso durante expedición SO242. Copyright ROV Team; GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research, Kiel.

Algunas investigaciones señalan que actividades de muestreo pueden generar marcas en el fondo marino que perduran por varios años, disminuyendo la actividad biológica en el área (Miljutin y otros, 2018).  Otras señalan también que el ruido, nuevas fuentes lumínicas o nubes de polvo submarino podrían afectar negativamente los ecosistemas marinos donde se encuentran los recursos minerales (Miller y otros, 2018). ¿Es posible cuantificar el daño de estas actividades? ¿existen certezas que permitan el planteamiento de planes de manejo?

Son los países del norte global los que están más interesados en derechamente explotar estos recursos, aparentemente   sin que haya necesariamente algún tipo de estudio de impacto ambiental. En el Tratado se aboga por esta situación. Sin embargo, es importante señalar que el nuevo Tratado no aplica directamente sobre actividades que ya han sido reguladas por organismos existentes, o en otras palabras, la ISA no se verá afectada porque ya tiene cierta autoridad o regulación sobre los fondos marinos. Es un tema complejo que bajo cualquier aspecto debe discutirse para la consideración de evaluaciones de impacto ambiental para lograr la protección y conservación del océano y la biodiversidad marina, tanto de la superficie como de los fondos marinos. 

¿Cómo crees que la geología en sus diferentes ramas puede contribuir en la implementación del Tratado y la gestión sostenible de los océanos?

Creo que es importante hacer un énfasis en lo importante que son los estudios en ciencias básicas, que son también lo que se busca promover mediante las moratorias que muchos países han tomado como política frente a la incerteza ambiental de la perturbación marina. Las decisiones que se tomen deben ser a partir de la evidencia, de investigaciones que puedan definir los potenciales impactos que puedan tener, por ejemplo, la minería submarina en los fondos marinos.

¡Gracias por compartir tu perspectiva con nosotros! ¿Tienes algún mensaje final que quieras transmitir a la comunidad geológica o a la sociedad en general?

Sí, me gustaría enfatizar la importancia de que la sociedad se involucre en el tema del Tratado de Alta Mar. No es sólo responsabilidad de los políticos, sino que las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía también pueden aportar mucho desde el punto de vista de la información y sensibilización ambiental. Es importante que la sociedad entienda los detalles del Tratado y las posibles consecuencias que podría tener en su entorno y vida cotidiana. Por lo tanto, insto a la sociedad a informarse y estar abierta a recibir información sobre el Tratado, para que puedan participar de manera informada en eventuales consultas ciudadanas y evaluaciones de impacto ambiental. La sociedad tiene un papel fundamental en garantizar que el Tratado se implemente de manera sostenible y responsable, y eso solo será posible si estamos bien informados y dispuestos a participar activamente. ¡Gracias por la oportunidad de compartir sobre este importante tema con ustedes!

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